Escuela para Padres de I año de Bachillerato: Hablando sobre alcohol y drogas con adolescentes

 Para los padres, hablar sobre ciertos temas es difícil. A veces, las mismas experiencias personales que los adultos han vivido en sus propias vidas, hacen que fijar límites para los hijos sea un desafío. Los hijos han crecido y es momento de hablar de uno de esos temas: alcohol y drogas. Este tema es de suma importancia porque vivimos en un ambiente donde nuestros jóvenes están constantemente expuestos y es por esto que las investigaciones muestran que una orientación clara de parte de los padres ayuda a los jóvenes a evitar el uso de sustancias y conductas peligrosas.

A continuación, les presento una serie de preguntas y respuestas de una serie de expertas que trabajan con este tema en el Freedom Institute de Nueva York. Ellas han escuchado a muchos adolescentes y a sus padres para ver qué aprendizajes han obtenido y qué estrategias recomiendan.

 


      ¿Cuáles son las mayores preocupaciones de los padres, según su experiencia?

TESSA KLEEMAN: Lo primero que me viene a la mente son las dificultades que tienen los padres para establecer límites, y el que a menudo están buscando reafirmación o permiso para que alguien más les diga que sí, que de hecho establecer límites es algo que pueden y deben hacer, ya sea fijar una hora de llegada, decir no a una fiesta que no va a ser supervisada, o disponer que no se beberá alcohol sino hasta los 21 años.

 ¿Crees que los padres se equivocan al reconocer que anticipan que los niños terminarán experimentando?

KLEEMAN: Hablar de “experimentar” tiende a ser una pendiente muy resbaladiza. Los padres tienen una idea de lo que significa, y los niños tienen otra. Y algunos niños que tienen la idea de que experimentar está bien, justificarán cualquier tipo de ingestión de alcohol como experimentación.

 

¿La palabra significa algo diferente para padres e hijos?

KLEEMAN: Cuando los padres la usan, creo que suelen razonar así: “Simplemente probarán el alcohol, o tal vez se van a emborrachar una vez, o quizá incluso probarán la marihuana”. Pero los adolescentes pueden usarla como una frase genérica para irse de fiesta: beber regularmente para emborracharse, consumir marihuana de manera regular. Las investigaciones muestran que, si los padres expresan expectativas con respecto a la experimentación, sus hijos terminarán por consumir, y el uso continuo tiende a ser más dramático que en el caso de los jóvenes cuyos padres establecen expectativas de no experimentación.

 

Dejando de lado la ley, ¿por qué beber es tan problemático para los adolescentes?

KATHERINE PRUDENTE: Intentamos ayudar a los padres a entender que el cerebro de sus hijos no está completamente formado hasta que tengan unos veinte años. Así que si los adolescentes consumen alcohol, es mucho más probable que sientan los efectos adversos, y se emborrachen con menos alcohol, y mucho más rápido. Los padres olvidan que el cuerpo de sus hijos no es como el suyo, aunque se parezca, porque están creciendo rápidamente. Los padres pueden ser capaces de ejercer la moderación mientras que sus hijos no pueden hacerlo todavía. Los padres y los jóvenes están empezando a entender que hay una base biológica para que se posponga la bebida hasta los 21 años.

 

Si un padre no se siente cómodo diciendo que no a cualquier experimentación, ¿cree que hay un límite que funcione además de la abstinencia?

KLEEMAN: La forma de hablar a los adolescentes sobre esto debe ser muy determinante. Mantengan la correa muy corta. Cuando se trata de abuso de sustancias, usted no quiere darles espacio ni permiso de salir a beber con sus amigos menores de edad. Incluso si usted sospecha que esto puede suceder, seguramente querrá dejarle en claro que no espera que esto suceda.

DONNA WICK: Usted quiere expresar su expectativa de que no beberán, pero también quiere que lo llamen si terminan en una mala situación. Esta es una línea realmente difícil de seguir para los padres. Ayuda bastante si ustedes expresan algo como: “Sabes que no queremos que bebas, y esperamos que tomes buenas decisiones. Pero si ocurre algo con lo que no te sientas cómodo, por favor, por favor, llámanos. Te ayudaremos, y es mucho más importante que pidas ayuda a que tomes una decisión estúpida”.

 

¿Cuál sería una consecuencia apropiada en caso de que rompan las reglas en esto?

KLEEMAN: Es mejor dejar que las consecuencias salgan de la experiencia misma, y que estén directamente relacionadas con ella. Debido a que el problema es que los jóvenes no son capaces de manejar las salidas con sus compañeros de una manera sobria, lo más frecuente es que los padres establezcan algún tipo de castigo. Pero animamos a los padres a esperar, y tomar esa decisión caso por caso.

WICK: Algunos padres manejan una política de amnistía (yo lo hago con mis hijos), en la que, si tienes el buen juicio de pedir ayuda, entonces no serás castigado por beber. Cada padre tiene que tomar su propia decisión sobre esto, pero generalmente he encontrado que esta política es efectiva, porque hace énfasis en la relación, más que en el comportamiento. Los niños responden a esto, y se quedan con la idea de que sus padres son personas razonables que se preocupan, ante todo, por su seguridad.

 


Como podemos notar, todos o la gran mayoría de padres de adolescentes tienen inquietudes muy similares sobre el manejo de este tema con sus hijos. Recordemos que la clave se encuentra en los límites y en la comunicación bidireccional. No se olviden de darle un espacio seguro y de confianza a su adolescente para que hable de este y de otros temas importantes. Recuerden que, si necesitan orientación en casos puntuales, siempre pueden buscar a la psicóloga de nivel.

 

Fuente: Child Mind Institute (2021). Cómo hablar con los niños sobre alcohol y drogas. Recuperado de https://childmind.org/article/como-hablar-con-los-ninos-sobre-alcohol-y-drogas/

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