Escuela para padres 9° Grado: ¿A su hijo le falta motivación?

 A veces es común escuchar a los adolescentes decir que no les gusta la escuela ni estudiar. La situación actual, al parecer, ha aumentado el número de alumnos que parecen no estar esforzándose en la escuela.

Para los padres, esta situación representa una gran fuente de estrés y preocupación ya que, a lo mejor, nota que su hijo no se entusiasma por aprender cosas nuevas. Tal vez no está haciendo sus tareas. Quizás sus calificaciones están bajando. Puede que haya una pelea cada vez que intenta hacer que se siente a completar algún trabajo.

Cualquiera que sea el problema concreto, muchos padres se preguntan por qué su hijo no parece estar esforzándose en la escuela, y cómo pueden ayudarlo a motivarse.

Hay muchas razones posibles por las cuales un alumno puede estar desinteresado en la escuela. Estos son algunos de los primeros pasos que los padres pueden seguir para indagar lo que podría estar sucediendo:

·        Defina claramente sus preocupaciones.

¿Cuáles son las conductas que le hacen pensar que su hijo no está interesado? Una mirada de cerca a lo que está haciendo (o dejando de hacer) lo ayudará a identificar qué puede estar sucediendo.

·         Si dice que está aburrido, ¿qué es lo que está queriendo decir?

Muchos adolescentes usan la palabra “aburrido” para describir cómo se sienten en clase, pero su definición de “aburrido” puede no coincidir con la suya. A veces los jóvenes que tienen desafíos o se sienten frustrados no están seguros de cómo llamar a ese sentimiento.

·         Hable con el maestro.

El maestro de su hijo es uno de los mejores recursos que usted puede aprovechar para ayudarse a identificar los problemas y encontrar maneras de abordarlos.

·         Aclare cuáles son sus expectativas.

Pida al maestro que lo ayude a asegurarse de que sus expectativas son realistas para la edad y el nivel de desarrollo de su hijo.

·         ¿Forma parte del proceso de aprendizaje?

“El aprendizaje de cosas nuevas suele ir acompañado de una cierta cantidad de nerviosismo”, explica la Dra. Busman¸ psicóloga del Child Mind Institute. “Por ejemplo, un niño que está aprendiendo a leer puede no estar ‘motivado’ ya que es algo nuevo para él y a veces no es lo más fácil”. Lo mismo ocurre cuando los adolescentes se enfrentan a contenidos nuevos que son de mucha complejidad. El maestro puede decirle si cree que su hijo está pasando por una mala racha.

·         ¿Hay cambios en la escuela?

Es común que los estudiantes tengan algunos tropiezos durante esta fase de educación en línea, en la que se espera que los niños sean mucho más independientes y organizados.

 


¿Se trata de factores sociales?

La Dra. Fuhrman, neuropsicóloga del Child Mind Institute, señala que, a partir de la escuela media, las actitudes de los niños están sujetas a una serie de nuevas interacciones y presiones sociales. Desafortunadamente, los jóvenes que van bien en la escuela a veces se encuentran con situaciones de aislamiento social, y para evitar ser etiquetados como geeks o nerds (estudiosos especialistas en tecnología) pueden retraerse de las actividades académicas.

“En la escuela media, los niños no quieren ser diferentes— dice— y pueden intentar desarrollar una identidad que disminuya su sentimiento de vergüenza y humillación frente a sus compañeros”.

Aunque como padre o madre usted tenga poco control sobre esta situación, lo mejor que puede hacer para contrarrestarla es seguir fomentando el amor por el aprendizaje. Busque oportunidades para que su hijo persiga sus intereses fuera de la escuela y conozca a otros niños con quienes compartirlos.

 

¿Su hijo tiene un déficit de habilidades?

Si usted continúa viendo a su hijo desmotivado y con bajo rendimiento, puede ser que todavía no haya desarrollado las habilidades que necesita para progresar, debido a un trastorno de aprendizaje. Cuando un niño experimenta dificultades, especialmente si no se ha identificado el problema, su reacción puede ser dejar esforzarse en el área que le resulta frustrante.

“Lo llamamos indefensión aprendida”, explica la Dra. Fuhrman. “Cuando descubren que no están alcanzando el nivel de éxito, los niños tienden a rendirse, porque lo que están haciendo no está funcionando”.

Estas dificultades pueden surgir en diferentes momentos, ya que el plan de estudios de cada año requiere niveles más altos de destreza.

 

¿Qué otras cosas afectan a los niños en la escuela?

Si bien los trastornos del aprendizaje y otros déficits de habilidades se asocian más comúnmente con la falta de interés en la escuela, hay otros diagnósticos comunes que se manifiestan de esta manera.

TDAH. Después de los trastornos del aprendizaje, el TDAH es probablemente la causa más común de que los niños se retrasen en la escuela. La combinación de energía, impaciencia, impulsividad y distracción puede hacer increíblemente difícil que un niño con TDAH funcione en un aula típica.

Ansiedad. El problema también puede ser de ansiedad social, cuando la interacción con sus compañeros y maestros hace que un niño se preocupe tanto que prefiera faltar a clases, en lugar de tener que participar en un pequeño grupo de trabajo o levantar la mano. Los niños con ansiedad generalizada también se preocupan por sus estudios, y pueden llegar a estar tan estresados por el hecho de que su trabajo no sea perfecto, que simplemente se rinden cuando sienten que no es lo suficientemente bueno.

Depresión. Uno de los síntomas clave de la depresión es la disminución del interés en actividades que antes le gustaban al jóven. Si alguna vez su hijo se sintió estimulado por la escuela, y el recién descubierto desinterés se une a otros síntomas como la irritabilidad o la tristeza, es posible que sufra de depresión.

TOC. De la misma manera que la ansiedad puede impedir que un niño se concentre en las clases, el TOC también puede convertirse en un impedimento para su aprendizaje. Los niños con TOC pueden estar tan preocupados por cometer un error que sienten la necesidad de releer todo, o borrar y reescribir sus tareas una y otra vez hasta que estén perfectas. Pueden desarrollar obsesiones y rituales que interfieran con sus tareas escolares y que hagan parecer que tienen muy pocas ganas de aprender.

 



Por último, es importante recordar que, como padres, pueden apoyar en algunos aspectos, pero es necesario acudir a maestros y psicólogos escolares para apoyar a los adolescentes. Es posible que en esta etapa del desarrollo les resulte más difícil a los jóvenes encontrar la motivación para aprender, pero eso no significa que no la encontrarán en el futuro.

 

Fuente: Cohen, D. (2021). ¿A su hijo le falta motivación? Recuperado desde https://childmind.org/article/a-su-hijo-le-falta-motivacion/

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